¿Haz montado alguna vez en una rueda chicago? La
ultima y primera vez que lo hice me senté en lo que era una amplia góndola una
amiga se sentó a mi lado y recuerdo que coloco entre los dos un oso de peluche
que acaba de ganar en un juego. Entonces la rueda giro para que las demás
personas en la fila se subieran. Al sentir su avance y frenar tan repentino fue
como si mágicamente la góndola empezara a reducirse mientras el espacio a mí
alrededor se ampliaba. Cuando llegamos a lo más alto, el horizonte era simplemente
inmenso, el osito estaba sobre mis piernas y apenas sentía que pudiesen caber
dos personas en una misma góndola. La rueda empezó su ciclo y a medida que
bajaba, las proporciones de la góndola y el horizonte cambiaban; mientras estar arriba era una eternidad los momentos
de tranquilidad abajo duraban menos de un segundo. Desde entonces no he vuelto
a montar en una rueda chicago y me empezó a interesar una palabra que hasta
entonces no había experimentado en carne propia “relatividad”.
El universo de Perec es como el de todos
nosotros lleno de espacios en donde el subespacio se pierde al ser el padre de
otro espacio; el volumen se convierte en una simple cifra que no puede
materializar lo inmaterializable: el espacio. Lo delicioso del texto de Especies
De Espacios de Georges Perec es lo cercano y cotidiano que tenemos el concepto
de espacio, lo usamos porque vivimos en el; pero quizás al estar tan inmersos
en tiempo y espacio nos limitamos solo a mirar y olvidamos el como observarlo.
Es claro la relación entre tiempo y espacio y el
individuo que actúa en el porque son esas facultades lo que nos permite que
algo existe. Perec pone esto en manifiesto cuando describe las habitaciones en
su clasificación según la funcionalidad. Para nosotros como usuarios del
espacio, el tiempo pareciera afectar el espacio; pero sino hubiese quien lo
observara el espacio seguiría siendo el espacio y su etiquetamiento no esta mas
que establecido por quién lo usa. En la película “soy leyenda” la visión de las
ciudades sin hombres no necesariamente le quita la categoría de ciudad, solo
que no hay quien la reconozca como tal; las imágenes de los lugares como
tiendas, plazas, casas parece que se transformasen en cuevas, praderas y
bosques. Pero así como para un pájaro un nido no es un nido por que no existe
para el ese concepto esa transformación del mundo desolado es inexistente por
cuanto no hay quien la evidencie.
Los espacios tal como los conocemos no son mas
que la categorización que les damos: “Es fácil imaginar un apartamento cuya
disposición respondería, no ya a actividades cotidianas …” Perec nos invita a ser creativos en al
disposición del espacio colocando sobre la mesa el funcionamiento sobre la
caracterización de los espacios. Por otro lado cuestiona e invita el artista a
los procesos de observación y remembranza; el texto de Perec no es solo un
texto es un taller. Esto lo podemos evidenciar cuando recuerda los lugares en
los que ha dormido o cuestiona actividades cotidianas como el recorrido del bus.
Lo relativo del espacio y tiempo se contagia a
todos los elementos que su relación implica, el etiquetamiento y la ilusión de
conocer algo que escapa de nuestras apreciaciones, el ejemplo es claro cuando
nos cuestiona acerca de que tanto conocemos nuestras ciudades, los países y el
mundo. Así como no conocía la rueda chicago fue lo cambiante de tiempo y
espacio lo que me permitió ‘sobrevivir’ a esa experiencia.
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