La orientación sexual es una connotación
que surgió durante una época durante la que género y gusto se entremezclaban
con valores sociales: Ser hombre, ser mujer. Pero en el presente la connotación
de homosexualidad no ha cambiado su valor a los ojos de la mayoría de personas.
Se construye un hombre que solo quiere sexo con otro hombre. Valores como el
afecto, cariño, amistad, noviazgo, relación, pareja, amor no parecen formar
parte de ello.
¿Qué tan difícil es encontrar a la
persona indicada? ¿Qué tan difícil es que un hombre encuentre amar y ser “AMADO”
por otro hombre? La búsqueda esta planteada en un escenario donde el concepto
de hombre, de gay y de amor están aislados y etiquetan en un círculo vicioso
donde el individuo inmiscuido en esa misma situación se ve enredado.
Hay que buscar al corazón
indicado. ¿Quieres escuchar mi corazón? ¿Me permites escuchar el tuyo haber si
es acaso el que busco? No te pido tocarte ni faltarte al respeto más allá del sencillo
acto de escuchar tu corazón. Es una búsqueda infructuosa que plantea a todo
hombre sea heterosexual u homosexual si permite el que otro hombre escuche su
corazón bajo el valor que se de en la construcción de toda relación humana: concejero,
amigo, novio… algo más que un amante o un paria.
Por ello me presento como un ‘Buen
partido’ un hombre bien vestido y que haya validado su presentación personal. A
cuestas lleva un corazón (representando su corazón) gigante de tela y detiene a
hombres a su alrededor solicitándoles sencillamente que les deje escuchar su
corazón para saber si es el que busca. Al final no será encontrado para de esa
manera garantizar que él sea el que me encuentre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario